SED DE JUSTICIA

SED DE JUSTICIA

El Príncipe de Paz describe en la siguiente Bienaventuranza, a quienes recibirán recompensa el Reino de los Cielos.

MATEO 5:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Jesús asegura que las dos necesidades elementales del hombre, el comer y el beber, simbólicamente serían satisfechos en el plano espiritual.

Este versículo confronta de manera directa con los fariseos, que destacaban el valor de la autojustificación. Frente a ellos, queda expuesta la Justicia de Dios, que será brindada a quienes tengan una relación profunda con el Eterno.

Queda también descalificada la justicia practicada por la propia mano de los afectados por situaciones, que siempre debe resolver el Soberano sobre todos y sobre todas las cosas.

En el Libro de Amós, 8:11, podemos encontrar una referencia a esta cuestión, en tiempos en que Jehová permanecía en silencio ante el pueblo de Israel. He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.

Debe mencionarse para completar la idea sobre el tema, lo que nos revela el Libro de Proverbios, 21:21 El que sigue la justicia y la misericordia hallará la vida, la justicia y la honra.

 

 

EL SOBERANO

Quién tiene el Poder sobre todos los hombres
y sobre todas las cosas que vemos y las que no vemos,
sobre el pasado y sobre el futuro?
Solamente Dios!
Solo ÉL nos puede dar Amor y Consuelo.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO

RENOVAR EL PACTO

Así como la Misericordia de Dios
se renueva cada día,
así debemos de renovar nuestro Pacto con el Eterno,
para ser fieles cumplidores en el nuevo año
del Mandato de llevar el Evangelio a toda criatura.
Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO

AMOR ETERNO

Los hombres olvidamos muy fácilmente
el privilegio que tenemos de clamar a Dios
en la necesidad, en la angustia, en la desesperanza.
Seamos agradecidos y brindemos al Prójimo
el mismo Amor que recibimos.
Diego Acosta – MENSAJE