Todos los días de nuestra vida tomamos determinaciones que se resumen entre hacer el bien o hacer el mal. Isaías nos enseña en los capítulos 34 y 35 de su libro, lo importante de la Bendición de obrar bien. Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
Tristemente hemos podido advertir como frecuentemente confundimos el crecimiento espiritual con los logros materiales.
Especialmente cuando se trata de las iglesias o las congregaciones donde se exhiben con grandes elogios, las obras realizadas en los lugares de culto, principalmente.
Es necesario que estemos atentos con esta clase de manifestaciones porque pueden llevar al engaño de creer, que estamos llamados a edificar o a tener grandes templos.
Cuánto más nos afanemos en las construcciones materiales, seguramente menos empeño pondremos en las cuestiones espirituales.
Sencillamente porque podemos interpretar o creer de buena fe, que cada ladrillo que ponemos en un templo, es para edificar la Gloria de Dios.
Cuando en realidad, lo que estamos edificando es la vana-gloria de un grupo de líderes y de hombres y mujeres, que creen en esta auténtica trampa espiritual.
Dios no precisa de grandes templos. Solamente cuando extendemos el Reino, es cuando verdaderamente podremos decir que estamos construyendo con fe y para su Única Gloria y Honra.
Puede pensarse que la justicia de los hombres nunca llegará a los responsables del horror y la tragedia de Ucrania. Pero sí tenemos la certeza que un día llegará la verdadera Justicia, la de Dios. Diego Acosta – BLOG del TIEMPO
Faraón sigue con su corazón endurecido, ya que luego de la plaga de las ranas, sobrevvendría la de los piojos, haciendo los hechiceros referencia al Dedo de Dios. Diego Acosta – ESCUDRIÑAR
Juan fue el fruto de la unión de Elizabeth que era estéril y mayor y de su esposo Zacarías, a quienes un ángel anunció su nacimiento. Fue consagrado para servir a Dios y adoptó la condición de nazareno.
Un hecho asombroso se registra en los Evangelios, cuando María fue a visitar a su prima Elizabeth, Juan se movió en el vientre de su madre, celebrando la presencia de la madre de Jesús.
Su nacimiento es paralelo con el de Jesús y se puede afirmar que él puso término a casi 400 años de silencio profético y es el puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Es también el último profeta de la era precristiana.
Su misión fue la de anunciar el nacimiento del Mesías y de poner de manifiesto la necesidad de arrepentirse pues se había acercado el Reino de los Cielos.
Razones por las que es considerado un profeta singular y también el primer evangelista de la nueva era determinada por el nacimiento de Jesús. De allí que se puede recordar a Isaías 40:3 Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.
Al contrario de Jesús, Juan no se dedicó a buscar a la gente sino que esperaba que ellos se acercaran hasta el lugar donde predicaba y bautizaba en el desierto de Judea en uno de los márgenes del río Jordán.
Su mensaje fue claramente definitorio del comienzo de una nueva época en el Plan de Dios para la Salvación de los hombres. Su figura es teológicamente la más importante de los Evangelios.
Su autoridad escatológica queda demostrada por la imperativa necesidad de la acción inmediata al proclamar el Arrepentimiento, como algo necesario ante el advenimiento del Reino de los Cielos o del Reino de Dios.
Se declaró menor que Jesús y se subordinó a ÉL y los bautismos que practicaba contribuían a la purificación relacionada con el arrepentimiento.
La forma de proceder de Jesús provocó su confusión al punto que envió a sus discípulos para confirmar si Él era realmente el Cristo. Esta faceta lo muestra en su condición humana más rotunda.
Tras su trágica muerte ordenada por Herodes, sus discípulos se esparcieron por diversos lugares del mundo conocido. En cuanto a sus restos mortales, sobre el cráneo se asegura que se encuentran guardados en: Constantinopla en Turquía, Amiens en Francia, Roma en Italia y en Munich en Alemania.
En el Islam se lo considera como otro de los profetas. Juan el Bautista, es uno de los personajes más relevantes de la cristiandad.
Desde siempre el hombre se ha visto enfrentado a tomar decisiones, que luego tienen una trascendencia definitiva, no solo para sus vidas, sino también para las del resto de personas.
El ejemplo más grande lo tenemos en nuestros padres Adán y Eva, que decidieron prestar oídos al enemigo simbolizado por la serpiente.
Lo asombroso es que seguimos repitiendo las decisiones equivocadas, porque no somos capaces de romper con nuestra humana condición que nos convence de que todo lo podemos, nada más que porque somos personas.
Un argumento tan siniestro, como el del diablo cuando engañó a nuestros padres, que no advirtieron que se les ofrecía lo que ya tenían, porque Dios se los había concedido.
Este ejemplo contrasta dramáticamente con otras decisiones que tomaron otros hombres, cuando comprendieron que la Única opción posible, es la de ser fieles a Dios.
Josué 24:15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.
En la Carta a los Romanos el apóstol Pablo declara que todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios, estos son hijos de Dios. Y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, EN ESTE DÍA
Proféticamente se puede afirmar que el principio de dolores ha comenzado y con él los hechos de Apocalipsis con la aparición del Anticristo y el Falso Profeta. Es la hora de afirmarse en la Confianza al Señor. Diego Acosta – MENSAJE
CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
El cambio de la hora refleja desde hace siglos los intentos del mundo, por alterar lo establecido por Dios, en un tan atrevido como fracasado propósito de enmendar lo que está bien.
Desde Benjamín Franklin en 1784 hasta nuestros días, fueron numerosos los cambios de la hora que se realizaron por distintos motivos.
El Más reciente y el que más influencia ha tenido ha sido el de marzo de 1973, cuando ante la gran crisis económica planteada por la suba del petróleo, se decidió adoptar el actual modelo.
Como casi siempre ocurre se apeló más a la política que a la razón, pues la clase gobernante debía demostrar que sabía enfrentar un gran problema como el que se había planteado.
Y con el paso de los años y a pesar de que cada vez es más difícil evidenciar la eficacia de esta medida, se persiste en el desafío al Creador, porque por una notable paradoja, ahora no se encuentran los argumentos suficientes, como para enmendar el error.
Típico de los humanos, cuando desafiamos al Eterno.
En medio de las horas tremendas siempre surge algo a nuestro alrededor que nos devuelve la Confianza en el Señor que todo lo ha hecho y entonces recuperamos la Fe en la Bendita Esperanza. LA CREACIÓN